martes, 27 de enero de 2015

Historia de la Hermandad de la Caída de Jesús

"En el año 1564 la Cofradía del Santísimo Sacramento en sus ordenanzas establecía, que cada año, para siempre jamás, el día de Jueves santo los mayordomos de la cofradía conviden a trece pobres, les vistan con trece camisas y tras el lavatorio de pies que cada uno se lleve a uno de los pobres y les dé de comer a su costa, en definitiva vestir al desnudo y dar de comer al hambriento.


De la misma forma en el principio de los libros o acta fundacional de la hermandad de la Caída de Jesús consta que Domingo Solís hace entrega de ciento cincuenta túnicas para formar una hermandad de penitencia, la vestimenta que distinguirá a los penitentes de la Caída de Jesús. Estamos en el siglo XX, año de 1988, pues fue en ese año cuando Domingo Solís se puso en contacto con su sobrina María Achau Solís manifestando su expreso deseo de formar una hermandad de semana santa.


La noticia corrió por el pueblo, de boca en boca, como la pólvora, pues tanto en comercios como en el mercado y panaderías se decía“en casa de María dan tela, cinta y cordones, además de balde, para hacerse una túnica y salir de penitente”. Pronto se bautizó y renombró a la hermandad como del Gran Poder, o hermandad de los blancos, pero esta no era la idea de su fundador, pues Domingo mandó piezas enteras de raso blanco inspirándose en el hábito blanco de las hermandades de penitencia que procesionan para la pascua en Palma de Mallorca, y así me indica su sobrina María que el color elegido era en referencia al Espíritu Santo.


En un principio el deseo de los penitentes se convirtió en el deseo de las madres, que ilusionadas bajaban a casa de María a que les cortase tela para coser la túnica a alguno de sus hijos, pues los primeros años la hermandad era un desfile de niños. Niños que serpenteaban filas de blanco de la mano de los más mayores y que desde su niñez han crecido dentro de la hermandad, pero si bien es cierto que en los inicios el efecto llamada para la formación de la nueva hermandad colmó las filas en más de doscientos hermanos, no es menos cierto que al día de hoy no procesionan todos aquellos que desde el año 1988 han cosido túnica para realizar estación de penitencia, toda vez que la lista de hermanos en la actualidad solo supone la mitad de la tela donada de un total de trescientas túnicas. No obstante al día de hoy se sigue dando el raso blanco de forma gratuita, para todo aquel que quiera pertenecer a esta cofradía.


Ya han pasado veinticinco años del inicio de esta formación, veinticinco años desde que por primera vez realizó estación de penitencia la Hermandad de la Caída de Jesús. Aquella primavera de marzo del año 1988 los penitentes, la mayoría de ellos infantes de corta edad, salieron en procesión por las calles de nuestro pueblo, sin imágenes propias y con una escuálida banda de cornetas y tambores, pero llenos de ilusión, alegría y entusiasmo.


Blancos inmaculados que se confundían con el blanco enjalbiego de la manchega plaza del pueblo -antes de que la misma se castellanizase-.Blancos de pureza, pues a fin de cuentas casi todos eran niños, albos y níveos como la nieve, como la flor del almendro. Blancos como la levadura que tras fermentar ha hecho crecer la masa y ahora es el blanco miajón del mejor pan de nuestra tierra.


Hoy tras 25 años de sentimientos de pasión, madrugadas y viernes santos, sólo cabe felicitaros, por vuestro tesón y constancia, por el esfuerzo y trabajo, porque habéis sido capaces, desde el silencio, de abriros paso en el complejo mundo local cofrade.

Vuestra humildad y sencillez engrandece cada semana de lirios, con sones de viernes santo, la semana santa bonillera. ¡Felicidades Hermanos!"


Texto extraído del libro "LA CAIDA DE JESUS DE EL BONILLO, 25 AÑOS DE HERMANDAD"de Ramón Fernández Chillerón.

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